domingo, 22 de junio de 2014

Tacañería y estupidez

 
De manera casual e inhóspita buscando unas fotos antiguas de la memoria externa del ordenador, encontró sin quererlo ni beberlo una relación de extractos anual de ingresos y gastos de quien  había vivido en casa y se había marchado, participando  con gastos  mínimos y con una tacañería sin igual. Lo primero que le vino a la mente fue que como era posible que las cosas hubieran ido de aquella manera tan injusta y poco equilibrada.  Se dio lo contrario de lo que tenía haber sido. Había un desequilibrio tan grande que era imposible razonar tanta falta de generosidad, escaqueándose siempre que podía y de comprender una estupidez infinita por su parte por haberlo permitido, después al pensarlo y recordar todos los detalles y la falta de ellos, le venía una rabia hasta enfurecerse como nunca le había pasado con nadie. Recordaba a su hermana que se puso rabiosa y muy enfadada cuando se enteró que ella que tenía unos ingresos tan bajos la invitara a un viaje costoso. Tenía que haber sido al revés, ahora no hacía falta hacerse mala sangre, solo tenía que aprender a no ser tan impulsiva, cuidar los arrebatos ,reflexionar  y pensar en sí misma. El aprendizaje era  cuidarse, protegerse y ante todo pensar que las personas como ella eran una minoría, de hecho tan solo conocía a dos amigos tan generosos como ella y esto que  conocía a muchísima gente. El resultado era que ella había gastado una parte importante de sus ahorros y la otra había ahorrado con su sueldo, que por cierto la había engañado, suponía que por vergüenza o miedo le había dicho que cobraba menos. Había caído tan bajo que  ahí estaba en el subsuelo donde habitaban ratas, no en vano y metaforicamente a las personas rácanas se las llamaba así y realmente  le daban tanto  asco como repelús.

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